Se habló de la lluvia, del calor sofocante, del sol que rajaba la tierra, de las nubes amenazantes y del viento que parecía tirar las palmeras. De la tormenta tropical, de la humedad, del diluvio en pocos segundo y hasta del huracán Irma que parecía querer invitarse a la ceremonia. Todos los días, Coralie y Juan, los 50 invitados (y yo) estábamos pendientes de las novedades del pronóstico: The Weather Channel, Wind Gurú, Oficina Nacional de Meteorología de República Dominicana y hasta las consultas al mismísimo Kelvin, recepcionista de Riu Bambú que nos tranquilizaba diciendo que no iba a pasar nada.
Y así fue: se alinearon los planetas, se fue Irma y nos dejó un día prácticamente perfecto para disfrutar de un casamiento único, repleto de felicidad y emociones en un marco inigualable de sol, nubes llenas de textura y un cielo multicolor.
Coralie y Juani tuvieron un casamiento soñado. Con los pies en la arena, con el sonido del mar mezclado con las guitarras, los rayos del sol en las palmeras y hasta un arcoíris increíble que apareció triunfal unos minutos después de la ceremonia, un regalo que nadie había pedido y nos sorprendió a todos.
Pero lo más importante: con la gente que quieren. Ahí ya no importa el lugar, importa que pudieron ir los abuelos de más de 80 años y bailaron con ellos. Importa que muchos amigos no se conocían entre sí, y terminaron todos juntos en la pileta en plena noche. Importa que se conocieron las dos familias y en pocos días ya eran la misma, sin distinguir apellidos ni nacionalidades. Importa que lo vivieron a pleno, lo disfrutaron y no se lo van a olvidar más…
Felicitaciones Coralie y Juan, ustedes pusieron el clima!! Mil gracias por todo, un placer trabajar así, disfrutando casi como un invitado más!! J
Y especial agradecimiento a mi amigo Gastón Jacquier, por hacer todo esto posible!